Su organización o personal de mantenimiento pueden emplear diversas técnicas y herramientas para implementar un programa de monitoreo de condiciones. Los enfoques comunes incluyen:
Monitoreo electromagnético
El monitoreo electromagnético mide las distorsiones de campo y los cambios de corriente de Foucault para localizar corrosión, grietas, debilidades y otras fallas. El técnico aplica campos magnéticos a las paredes de la superficie del activo y a la tubería para identificar fallas en los materiales y características de la superficie.
Termografía infrarroja
La termografía infrarroja es un tipo de prueba no destructiva que utiliza imágenes térmicas para detectar sobrecalentamiento y otros problemas relacionados con la temperatura. Utiliza cámaras termográficas para capturar la radiación infrarroja emitida por un objeto/superficie y convertirla en una imagen visual (o termograma). Las organizaciones utilizan principalmente este tipo de CBM para monitorear motores, inspeccionar rodamientos y verificar los niveles de gas, lodo o líquido.
Interferometría láser
La interferometría láser utiliza longitudes de onda de luz generadas por láser para medir las variaciones del desplazamiento de onda de referencia de un activo. Con un interferómetro, el técnico de mantenimiento mide los patrones de interferencia que indican defectos, como corrosión y cavidades, en materiales superficiales y subterráneos.
Análisis de aceite
El análisis de aceite evalúa las propiedades del aceite (por ejemplo, viscosidad, acidez, etc.) en un activo para detectar contaminantes o usar partículas. Normalmente, implica recolectar una muestra de aceite lubricante del equipo y enviarlo a un laboratorio para su análisis. El análisis de aceite puede ser útil para monitorear activos, como motores, cajas de cambios y sistemas hidráulicos.
Monitoreo de vibraciones
El monitoreo (o análisis) de vibraciones utiliza sensores de vibraciones para medir las frecuencias de vibración en un activo y detectar anomalías que puedan indicar un problema. Dado que los activos rotativos (por ejemplo, motores y bombas), por ejemplo, tienden a vibrar más intensamente y con más fuerza a medida que envejecen, medir los cambios en la vibración puede ayudar a identificar el desgaste y los daños antes de que falle el activo. Los datos de vibración se pueden utilizar para detectar una amplia gama de problemas, incluida la desalineación, el desequilibrio, el desgaste o falla de los rodamientos, ejes doblados y componentes sueltos, entre otras fallas.
Pruebas acústicas de emisiones
Las pruebas acústicas de emisiones son un tipo de análisis de vibración, pero implican el uso de sonidos de frecuencia mucho más alta para encontrar choques y grietas. Los patrones de sonido revelan la presencia de ruidos o vibraciones inusuales que pueden indicar un problema o una avería inminente. Esta técnica es particularmente útil para detectar fallas en equipos rotativos, como motores, bombas y ventiladores.
Análisis ultrasónico
El análisis ultrasónico (también denominado prueba ultrasónica) utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para detectar fugas, grietas o defectos en un equipo. Se basa en técnicas de recopilación de datos de contacto (transmitidas por la estructura) y sin contacto (transmitidas por el aire) para determinar el desgaste de los activos. Los métodos de contacto se utilizan normalmente para detectar problemas mecánicos (como problemas de lubricación, daños en los engranajes y barras rotas del rotor) que generan sonidos de alta frecuencia. Los métodos sin contacto pueden detectar problemas, como fugas de presión y vacío en sistemas de gas comprimido, que tienden a generar sonidos de baja frecuencia.
Análisis de circuitos motorizados (MCA)
El análisis de circuitos motorizados, también conocido como prueba del motor, utiliza evaluaciones basadas en voltaje o corriente para encontrar desequilibrios eléctricos y medir la degradación del aislamiento, los cuales pueden causar fallas en el motor. El MCA se utiliza principalmente para monitorear motores eléctricos.
También se pueden utilizar otros métodos, como la inspección visual y las pruebas de rendimiento, para el monitoreo de condiciones. Naturalmente, cada técnica tiene sus fortalezas y debilidades, por lo que la mejor opción para su departamento dependerá de sus recursos, equipos, entornos y necesidades organizacionales.