Hay cinco etapas de gestión del ciclo de vida de las aplicaciones, cada una de las cuales requiere un conjunto independiente de herramientas y experiencia para lograrlas de manera efectiva. Los gerentes de proyecto también deben definir un flujo de trabajo para ALM. Dos flujos de trabajo comunes incluyen:
- El modelo en cascada
- El desarrollo ágil
El modelo en cascada
Es un proceso de ALM secuencial con una serie de pasos claramente definidos. Con este modelo, los proyectos no avanzan a la siguiente fase sin la aprobación final de stakeholders específicos. Los modelos en cascada funcionan bien con proyectos que tienen pasos más previsibles y menos variables.
Una de las desventajas del modelo en cascada es que puede ser difícil y costoso repasar fases anteriores de desarrollo o hacer cambios cuando ocurren problemas o bloqueadores.
El desarrollo ágil
Adopta un enfoque iterativo que permite pasos incrementales más pequeños, conocidos como sprints, y la priorización de la retroalimentación de todos los miembros del equipo. Cada sprint se enfoca en lograr un aspecto específico del proyecto general con retroalimentación constante de los equipos relevantes.
Una metodología ágil facilita que los equipos se adapten al cambio y democraticen el proceso de toma de decisiones. En los flujos de trabajo ágiles, los pasos no están tan claramente definidos como en los modelos en cascada, lo que puede dificultar la evaluación de los costos totales del proyecto.