El cambio climático, junto con su impacto en los peligros relacionados con el clima, crea un conjunto único de riesgos y desafíos interrelacionados para las empresas y sus directivos. Presenta amenazas en varios aspectos de un negocio, que van desde preocupaciones inmediatas, como interrupciones en las operaciones, daños a los activos físicos y al bienestar de los empleados, hasta impactos más indirectos en las cadenas de suministro y la viabilidad del mercado. La magnitud y las características de estos riesgos son esenciales, y las estrategias para gestionarlos deben incorporarse a las decisiones comerciales desde el principio de forma proactiva. Entonces, ¿cuáles son los próximos pasos a seguir? ¿Cómo pueden las empresas prepararse contra las ramificaciones del cambio climático y las condiciones climáticas extremas? Exploremos formas de comprender los riesgos involucrados de manera más efectiva e identifiquemos medidas proactivas para minimizar estos riesgos para su negocio y sus stakeholders.
La gestión del riesgo climático es buena para las empresas y el planeta.
La elaboración de modelos de peligros climáticos es un enfoque sofisticado
que se emplea para evaluar y comprender los riesgos potenciales que los peligros relacionados con el clima plantean para los activos durante periodos prolongados. Este método difiere significativamente de la elaboración tradicional de modelos de riesgos relacionados con el clima en su enfoque temporal y contextual. La elaboración de modelos de riesgos relacionados con el clima suele implicar observaciones en tiempo real de
variables meteorológicas por medio de datos meteorológicos, imágenes satelitales
y modelos computacionales. El riesgo meteorológico se ocupa de los fenómenos meteorológicos de corta duración y sus impactos inmediatos; la elaboración de modelos de peligros climáticos con visión de futuro requiere una perspectiva integral y a largo plazo. Integra datos climáticos históricos, proyecciones de cambio climático, modelos de amenazas específicas y datos geográficos y contextuales específicos de cada ubicación para predecir la probabilidad y la gravedad de eventos relacionados con el clima, como huracanes, inundaciones y olas de calor, por décadas en el futuro.
Estos datos de exposición pueden luego traducirse en datos significativos mediante el uso de funciones de impacto y pérdida específicas de cada caso de uso. Al considerar factores, como los cambios en los patrones climáticos, y el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, este enfoque de elaboración de modelos permite a los stakeholders, incluidas empresas, gobiernos y aseguradoras,
tomar decisiones informadas sobre la mitigación de riesgos, la planificación a largo plazo y las medidas de generación de resiliencia adaptadas al escenario climático en evolución. Nos permite abordar de manera proactiva los complejos desafíos que surgen de un clima cambiante y sus impactos potenciales en activos e infraestructura críticos.
Los riesgos climáticos agudos se refieren a aquellos que están impulsados por eventos, incluida la mayor gravedad de los eventos climáticos extremos, como ciclones, huracanes, olas de calor o de frío, e inundaciones.
Los peligros climáticos crónicos se refieren a cambios a largo plazo en los patrones climáticos (por ejemplo, temperaturas más altas por más tiempo, aumento del nivel del mar y cambios en los patrones de precipitación) que pueden causar un aumento del nivel del mar u olas de calor crónicas.
Los peligros climáticos pueden afectar a las organizaciones de varias maneras críticas.
Los fenómenos meteorológicos inusuales pueden interrumpir las operaciones regulares de las instalaciones, lo que se traduce en pérdidas por reducción de la productividad, interrupciones de la cadena de suministro y retrasos en las ventas. Por ejemplo, el huracán Harvey inundó la costa de Texas, provocando un cierre temporal de casi toda la capacidad de refinación del estado, afectando hasta 4.4 millones de barriles de petróleo por día.1
Los eventos climáticos pueden causar daños u obstaculizar la infraestructura crítica, lo que genera pérdidas financieras asociadas con reparaciones, reemplazos, incremento de las primas de seguro e interrupciones operativas que, a su vez, pueden derivarse en responsabilidades posteriores. Un ejemplo de esta situación se ve en Colorado, donde un alto riesgo de incendios forestales ha contribuido a que las primas de los propietarios aumenten casi un 52 % en 3 años.
Los fenómenos extremos y los riesgos climáticos crónicos, como las sequías y las temperaturas extremas, pueden provocar desplazamientos ambientales, lo que afecta tanto la productividad como los cambios en la demanda del mercado.
Los factores relacionados con el clima no solo influyen en la demanda, la oferta y los precios de los insumos críticos, sino que también pueden causar interrupciones en la infraestructura logística, lo que provoca retrasos en la producción. Por ejemplo, durante la gran helada de Texas, los cierres ferroviarios afectaron las conexiones fundamentales de la cadena de suministro entre Texas y el noroeste del Pacífico durante 3 días.
Los riesgos físicos agudos y crónicos pueden provocar variaciones en el costo y la disponibilidad de la infraestructura de servicios energéticos, lo que afecta la eficiencia operativa y requiere soluciones alternativas de generación de energía. Por ejemplo, una sequía en Sichuan, China, detuvo la generación de energía hidroeléctrica, lo que provocó el cierre de una semana para empresas, como Intel y Apple.
El cambio climático puede tener implicaciones para la salud que afectan el bienestar y la seguridad de los empleados, lo que puede aumentar los pasivos de las empresas. Por ejemplo, el aumento de las temperaturas y los eventos de calor extremo pueden representar riesgos para la salud de los trabajadores al aire libre, lo que lleva a un aumento de los costos de atención médica y posibles responsabilidades legales para los empleadores.
Hay una serie de pasos que las organizaciones pueden dar para prepararse adecuadamente para los impactos del cambio climático.
Elaborar modelos y predecir los efectos potenciales de las magnitudes cambiantes y los impactos de los eventos meteorológicos debido al cambio climático. Localizar, predecir, prepararse y monitorear el impacto de una serie de peligros climáticos extremos que incluyen tormentas intensas, incendios forestales, inundaciones, temperaturas extremas, sequías, contaminación del aire y otros.
Comprender los riesgos en función de diversos escenarios climáticos y de transición futuros, y cómo podrían afectar a los objetivos estratégicos a corto y largo plazo de la empresa.
Utilizar esta información para tomar las decisiones correctas y desarrollar resiliencia y adaptación en el momento adecuado para minimizar el riesgo que enfrenta la organización y sus recursos del impacto cada vez más frecuente del clima extremo debido al cambio climático.
Las organizaciones deben comprender sus opciones para mitigar el riesgo climático de sus activos y evaluar el posible retorno de la inversión (ROI) que resulte de dichas acciones.
Es importante seguir cumpliendo con diversas divulgaciones y regulaciones de informes ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) locales e internacionales, como el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD).
Estos puntos pueden parecer sencillos de enumerar, pero implementarlos plantea un
desafío considerable. ¿Por qué? Para comprender plenamente estos riesgos, uno debe reunir, fusionar y analizar grandes conjuntos de datos, incluidos el cambio climático y
los modelos de riesgos climáticos globales, junto con una gran cantidad de datos geoespaciales de satélites de
monitoreo de la Tierra, por mencionar algunos. Además, los datos relacionados con los activos, las instalaciones, la infraestructura y la cadena de suministro de
una organización deben agregarse a esta combinación.
Además, cada industria y empresa opera con un conjunto único e intrincado
de funciones de impacto y pérdida que no pueden satisfacer los proveedores de datos estándar. Abordar estas funciones exige la adopción de nuevas capacidades de ciencia de datos informadas por la última investigación científica. En consecuencia, nos enfrentamos a grandes volúmenes de datos
en constante evolución que requieren simplificación, gestión, integración
y análisis. Estas complejidades de datos hacen que sea difícil movilizar y
comprender los datos rápidamente, lo que obstaculiza la eficacia de los procesos de
toma de decisiones basados en datos.
Las organizaciones que están equipadas para tomar decisiones basadas en datos pueden adaptarse de manera más efectiva y proactiva a los eventos climáticos extremos que pueden afectar negativamente sus operaciones. Las herramientas que combinan la IA con datos meteorológicos, climáticos y geoespaciales específicos de la industria son particularmente útiles para empoderar a las organizaciones con datos e insights casi en tiempo real. Al desarrollar su estrategia y plan de adaptación al riesgo climático, busque soluciones que ayuden a su organización a:
Hoy en día, las organizaciones no solo necesitan comprender los riesgos que plantean los peligros climáticos, sino que también deben aprovechar la tecnología para predecir y contextualizar los riesgos específicos de los peligros climáticos para sus activos y operaciones comerciales. Al aprovechar el analytics predictivo y la elaboración de modelos geoespaciales, es posible crear un plan sólido de adaptación al riesgo climático, y minimizar las interrupciones y la destrucción de la organización.
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1 Breve historia de las pérdidas de refinación de petróleo de EE. UU. debido a los huracanes, Reuters, 30 de junio de 2022.