Al igual que las CPU, los microprocesadores suelen considerarse el "cerebro" del ordenador. A diferencia de las CPU tradicionales, los microprocesadores integran los circuitos aritméticos, lógicos y de control de las CPU más tradicionales en un único circuito digital polivalente, accionado por reloj y basado en registros.
Aunque los términos CPU y microprocesador suelen utilizarse indistintamente, un microprocesador es esencialmente una CPU todo en uno en un solo chip. Este diseño de un solo chip reduce el número de conexiones eléctricas vulnerables, lo que mejora la fiabilidad al reducir los posibles puntos de fallo. Los microprocesadores han sustituido casi por completo a las CPU tradicionales de varios componentes.
Antes de los microprocesadores, los ordenadores utilizaban conjuntos de circuitos integrados para realizar las principales funciones informáticas. En 1971 se produjo un cambio significativo en la tecnología informática con la introducción del Intel 4004, el primer microprocesador disponible comercialmente. Este innovador dispositivo, diseñado por Federico Faggin, no fue sólo una respuesta a una petición de 12 microchips personalizados para una calculadora del fabricante japonés de electrónica Busicom. Fue un momento histórico que revolucionó nuestra forma de concebir la informática, ya que Intel, en lugar de producir 12 chips individuales, creó un dispositivo lógico de uso general.
Con una potencia inferior a los estándares actuales, la arquitectura del Intel 4004 funcionaba a una velocidad de reloj de 740 kHz y sólo podía procesar flujos de datos con un máximo de 4 bits, también conocidos como "nibble". Aunque el 4004 es débil en comparación con los microprocesadores modernos de 8 a 64 bits, está considerado universalmente como un avance revolucionario en circuitos. Como predijo la ley de Moore, el rápido desarrollo de la tecnología de semiconductores condujo a importantes mejoras en la potencia de procesamiento. Fabricados por proveedores líderes, como Intel y Pentium, y utilizados por las principales empresas tecnológicas, como IBM, Microsoft y Apple, los microprocesadores impulsan miles de sistemas y aplicaciones, desde mandos a distancia de televisores hasta la Estación Espacial Internacional.