La informática ecológica (también conocida como TI ecológica o TI sostenible) es el diseño, la fabricación, el uso y la eliminación de ordenadores, chips, otros componentes tecnológicos y periféricos de forma que se limite el impacto perjudicial sobre el medioambiente, lo que incluye la reducción de las emisiones de carbono y el consumo de energía por parte de los fabricantes, los centros de datos y los usuarios finales. La informática ecológica también abarca la elección de materias primas de origen sostenible, la reducción de los residuos electrónicos y el fomento de la sostenibilidad mediante el uso de recursos renovables.

El potencial de la informática ecológica para tener un impacto positivo en el medioambiente es considerable. El sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es responsable de entre el 1,8 % y el 3,9 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Además, los centros de datos representan el 3 % del consumo total anual de energía, lo que supone un aumento del 100 % en la última década.

"La demanda de energía y la producción de carbono de la informática y de todo el sector de las TIC deben moderarse drásticamente si queremos frenar el cambio climático a tiempo y evitar daños medioambientales catastróficos", según un informe publicado por la Asociación de Maquinaria Informática de EE. UU. (enlace externo a ibm.com).

Todos los aspectos de la tecnología de la información moderna, desde el chip más pequeño hasta el centro de datos más grande, tienen un precio con respecto al carbono y la informática ecológica busca reducir precisamente eso. Los fabricantes de tecnología desempeñan un papel fundamental en la informática ecológica, al igual que las empresas, las organizaciones, los gobiernos y los particulares que utilizan la tecnología. Desde los centros de datos masivos que instauran políticas para reducir el consumo de energía hasta los particulares que eligen no usar protectores de pantalla, la TI ecológica es polifacética e implica innumerables decisiones a todos los niveles.

Las decisiones sobre la ecología comienzan mucho antes de que los productos lleguen a los consumidores. Por ejemplo, el diseño y la fabricación de productos son áreas primordiales para disminuir el impacto de la tecnología en el medioambiente.

Los chips que son más eficientes energéticamente, como el chip diseñado por IBM y Samsung que puede apilarse verticalmente o el chip de 2 nm de IBM, son ejemplos de diseños innovadores que mejoran la sostenibilidad en la informática. El consumo de energía de un solo chip de ordenador puede parecer insignificante, pero cuando se multiplica por millones, es posible lograr reducciones significativas.

IBM también ha identificado sistemas que pueden reducir el consumo de energía. Las estructuras heterogéneas, por ejemplo, reúnen estructuras como CPU y unidades de procesamiento gráfico (GPU) para optimizar la potencia y la eficiencia energética.

Un ejemplo es un ordenador llamado AiMOS (que significa Sistema Optimizado de Multiprocesamiento de Inteligencia Artificial), desarrollado como parte de una colaboración entre IBM, Empire State Development y NY CREATEs. AiMOS es uno de los ordenadores más eficientes energéticamente que existen, y se utiliza para desarrollar chips informáticos más avanzados y eficientes, además de otras muchas iniciativas.

Cuando los diseñadores toman medidas para reducir la cantidad de energía que cada producto utiliza en funcionamiento y reducir la cantidad de calor que producen esos productos, el precio del carbono de la informática se reduce. Por ejemplo, el modo reposo es uno de los primeros ejemplos de diseñadores que aplican el concepto de informática ecológica para conservar energía.

La selección de los materiales también es crucial. Los diseños que evitan el uso de materiales peligrosos evitan que esos materiales acaben en los vertederos. Generar menos residuos en la fabricación de dispositivos y componentes también reduce la carga que la tecnología supone para el medioambiente. La fabricación ecológica es una categoría independiente, pero relacionada, de la tecnología ecológica que rige el funcionamiento de la propia fábrica.

Otras acciones que los fabricantes de informática ecológica pueden llevar a cabo son alargar la vida útil de los dispositivos y componentes informáticos para que no sea necesario sustituirlos con tanta frecuencia, aumentar la capacidad de los usuarios para reutilizar los productos y hacer que los dispositivos sean reciclables cuando sea necesario reemplazarlos.

Las empresas, los gobiernos y otras grandes organizaciones son los que pueden obtener los mayores beneficios a la hora de hacer que la TI sea más sostenible. Los centros de datos, las salas de servidores y las áreas de almacenamiento de datos tienen una oportunidad significativa para funcionar de manera más eficiente.

En estas zonas, la instalación de pasillos fríos y calientes es un paso importante hacia una informática más ecológica, ya que reduce el consumo de energía y optimiza la calefacción, la ventilación y la refrigeración. Cuando los sistemas automatizados diseñados para controlar la temperatura y condiciones similares se combinan con pasillos fríos y calientes, las emisiones se reducen aún más. Con el tiempo, también se pueden ahorrar costes gracias a la reducción del uso de energía.

Un paso sencillo hacia la eficiencia es asegurarse de que las cosas están apagadas. Las unidades centrales de procesamiento (CPU) y los equipos periféricos, como las impresoras, deben apagarse cuando no se utilicen. La programación de bloques de tiempo para tareas específicas, como la impresión, ayuda a que los periféricos solo se utilicen cuando sea necesario.

Los departamentos de compras también desempeñan un papel en la informática ecológica. Elegir equipos que duren y consuman la menor cantidad de energía necesaria para la tarea a realizar son dos formas de reducir la huella de carbono de la TI. Los ordenadores portátiles más pequeños o "notebooks" consumen menos energía que los ordenadores portátiles más grandes o "laptops", y los "laptops" consumen menos energía que los ordenadores de escritorio, por ejemplo.

La informática ecológica no es solo para las grandes organizaciones; usted también puede desempeñar un papel importante en la mejora de la sostenibilidad en el mundo de las TI. Cuando muchas personas optan por utilizar funciones como la hibernación o el modo reposo, el impacto puede ser enorme.

Sea cual sea el dispositivo, emplear las funciones de gestión de energía y ajustar el brillo de la pantalla ayuda a reducir el consumo de energía. Otras formas de consumir menos energía son apagar los ordenadores al final del día y mantener apagados los periféricos, como los altavoces o las impresoras, a menos que se estén usando.

Rellenar los cartuchos de la impresora en lugar de comprar nuevos produce menos residuos y comprar equipos reacondicionados en lugar de nuevos reduce el impacto medioambiental. La eliminación segura de equipos electrónicos mejora la sostenibilidad y tiene ventajas en materia de seguridad (enlace externo a ibm.com).

Al igual que los departamentos de compras deben elegir el equipo más eficiente para las tareas a realizar, usted también debe hacerlo. Si un ordenador portátil puede realizar las tareas necesarias igual de bien que un ordenador de escritorio, opte por el dispositivo más eficiente. Las calificaciones Energy Star son una buena guía para los particulares que adquieren equipos nuevos.

En 1992, la Agencia de Protección del Medioambiente estadounidense (EPA) inició el programa Energy Star (enlace externo a ibm.com) en Estados Unidos, cuyo objetivo era promover y reconocer la eficiencia energética. Ese programa fue el impulso para la adopción de la función del modo reposo en todo el sector de la TI y dio lugar a muchas otras iniciativas para aumentar los esfuerzos en favor de la informática ecológica. Los productos con certificación Energy Star deben cumplir con ciertos estándares operativos y disponer de funciones de gestión de la energía de las que pueden carecer los productos sin dicha certificación.

El programa fue impulsado por una subvención de la EPA al Consejo de Electrónica Mundial estadounidense, que dio lugar a la Herramienta de Evaluación Medioambiental de Productos Electrónicos (enlace externo a ibm.com) (EPEAT). La EPEAT es un registro de productos que se rigen por criterios de rendimiento específicos, como los materiales utilizados, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte, la longevidad del producto, el consumo de energía y la gestión del final del ciclo de vida.

Antes de la informática ecológica, el sector de la TI tendía a centrarse en producir dispositivos más pequeños y rápidos, en lugar de mejorar la sostenibilidad o reducir las emisiones. Los servidores físicos y el hardware en las instalaciones están asociados con la informática tradicional, mientras que el cloud computing representa un avance hacia un enfoque más ecológico, más centrado en la eficiencia.

Existen múltiples iniciativas para mejorar los estándares de la informática ecológica a través de la creación de métricas del sector relacionadas con la sostenibilidad, así como diversas certificaciones. El Green500 (enlace externo a ibm.com) es una sublista del Top500, que enumera los superordenadores y las aplicaciones para las que se utilizan esos sistemas informáticos. El Green500 clasifica a los superordenadores por su eficiencia energética. El Consejo de Rendimiento del Procesamiento de Transacciones estadounidense (TCP) es una organización sin ánimo de lucro que desarrolla puntos de referencia para el rendimiento en el sector del procesamiento de transacciones. SPECPower también crea puntos de referencia, pero para las características de potencia y rendimiento de los servidores de uno o varios nodos con el objetivo de mejorar la eficiencia.

Quizás una de las mayores barreras para el avance de la informática ecológica sea la falta de preocupación. Pocas personas piensan en el sector de la TI cuando piensan en el cambio climático. Junto con una despreocupación general, el mercado de la TI se ha desarrollado de forma que da prioridad al desarrollo de componentes y dispositivos más pequeños y rápidos en lugar de los respetuosos con el medioambiente.

El hecho de que la tecnología evolucione y cambie muy rápidamente plantea retos a la hora de ampliar el ciclo de vida de los productos y requiere que los fabricantes de tecnología se aseguren de que cada iteración continúe cumpliendo con los estándares ecológicos. El cambio de una configuración convencional en una fábrica, centro de datos u oficina corporativa a una configuración ecológica requiere una inversión de capital inicial a menudo sustancial que representa una posible barrera adicional.

Los datos fragmentados y las distintas necesidades dificultan la toma de decisiones en todo el espectro de los usuarios finales de la TI. Por ejemplo, la velocidad y el rendimiento tienen un valor diferente en un centro de datos grande que para un usuario en casa.

En cualquier punto del ciclo de vida de un dispositivo informático, los usuarios deben sopesar varias preocupaciones. Para una organización grande, la seguridad puede ser una preocupación mayor que el impacto medioambiental en lo que respecta a los servidores. Y para un estudiante universitario, un dispositivo más pequeño que sea más fácil de transportar puede ser más importante que uno que sea totalmente reciclable.

La informática ecológica tiene el poder de disminuir el impacto de la informática en el medioambiente. Sin embargo, el sector de las TIC tiene la oportunidad de hacer mucho más utilizando la tecnología en beneficio del medioambiente a través de programas y sistemas diseñados para reducir el consumo de energía, mejorar la gestión del agua y adoptar la virtualización como forma de conservar la energía.

Dondequiera que se encuentre en el camino hacia la TI ecológica y la sostenibilidad dentro de su organización, un primer paso práctico que puede tener un impacto notable e inmediato en el consumo de energía es asegurarse de que sus aplicaciones solo consuman los recursos que necesitan y nada más. Esto reduce sustancialmente el desperdicio (coste y huella de carbono) en los centros de datos y la nube pública.

Para ayudar a lograr ese objetivo, una solución como IBM Turbonomic Application Resource Management puede ayudarle a analizar continuamente la utilización de recursos de las aplicaciones para garantizar que estas obtienen lo que necesitan para funcionar, al tiempo que se adhieren a las políticas empresariales. Con una comprensión completa de la pila de aplicaciones e infraestructura, puede automatizar las acciones y evitar la congestión de los recursos en un entorno de nube híbrida, al tiempo que inicia inversiones más amplias en sostenibilidad.

IBM se compromete con la TI ecológica en todo el ecosistema de la empresa, incluido el diseño ecológico, las operaciones y el uso de su tecnología. La empresa ha recibido numerosos premios por sus productos sostenibles, su consumo de la energía y su excelencia medioambiental. La primera política corporativa de IBM con respecto a asuntos medioambientales se publicó en 1971, y la protección del medioambiente sigue siendo una cuestión clave en las operaciones mundiales.