Cuando la COVID-19 llegó en 2020, el tráfico al sitio web se disparó a medida que los clientes empezaron a comprar en línea. Pero el sitio web no estaba equipado para hacer frente a este aumento. Los clientes tenían problemas para buscar productos y, lo que es peor, para finalizar la compra en la pantalla de pago.La empresa aceleró rápidamente un plan en su hoja de ruta de transformación digital de tres años para cambiar la plataforma de su sitio web, acortando el plazo de 12 a 14 meses a seis meses.
Afortunadamente, ya existía la tecnología adecuada. “Pudimos activar más contenedores para manejar el intercambio de datos entre nuestros sistemas locales y de comercio electrónico”, dice Warriner. "Sin el rendimiento y las capacidades de IBM Cloud, nunca habríamos podido llegar allí".
Esa capacidad de pivotar cambiar demostró ser invaluable en todos los aspectos del negocio. Cuando los clientes querían ropa deportiva más cómoda para trabajar desde casa, la empresa pudo ampliar su oferta para darles cabida. "Antes de la COVID, no buscábamos hacer eso", dice Warriner. "Afortunadamente, gracias a la forma en que se creó nuestro ecosistema, con microservicios en contenedores y diferentes puntos finales, pudimos realizar la transición muy rápidamente".
Las mejoras en el rendimiento del sitio web fueron espectaculares. "Con nuestra nueva plataforma de comercio electrónico que ejecuta microservicios, estamos aprovechando las mejores herramientas disponibles para acelerar nuestro sitio web", afirma Warriner. “Diría, sin pestañear, que nuestro nuevo sitio web es cien veces más rápido que el anterior”.
Las búsquedas ahora toman microsegundos y la información de inventario está disponible casi en tiempo real. “Con IBM Event Streaming, la plataforma de transmisión de eventos de Apache Kafka, y el bus de servicio de IBM, podemos activar cualquier actualización de inventario en segundos”, dice Warriner, “ya sea de compras en la tienda o en línea o transferencias de tienda a tienda”.
La empresa considera que muchos de los ajustes que ha realizado debido a la COVID-19 tienen un impacto duradero. "Las cosas que hemos emprendido, ser capaces de funcionar a distancia, vender a nuestros clientes en línea y hacer que recojan en la tienda, no vemos que vayan a cambiar", dice Warriner. "El mundo está cambiando cada cinco minutos, probablemente cada cinco microsegundos y tenemos que seguir el ritmo".
Mantenerse fiel a sus clientes en ese mundo cambiante ha permanecido en el corazón de la transformación digital de Harry Rosen y ha requerido la voluntad de replantearse su negocio desde el interior. "Cambiamos la dinámica de nuestro almacén y de nuestro departamento de compras. Separamos las cosas y reubicamos a las personas dentro de la organización para apoyar nuestra visión. Es un nuevo futuro. Un nuevo horizonte”, concluye Warriner.