British Sugar es el único procesador de la cosecha de remolacha azucarera del Reino Unido y ha sido un contribuyente esencial a la industria alimentaria del país durante más de 112 años. La empresa, que suministra más del 50 % del azúcar del Reino Unido, tiene una larga historia de producción de azúcar de alta calidad que se vende a clientes y consumidores de todo el mundo.
Con la innovación en su ADN, British Sugar busca continuamente desarrollar y adaptar sus operaciones para mantener su competitividad en el mercado mundial del azúcar. Para llevar el negocio al siguiente nivel, se volvió fundamental utilizar las últimas capacidades de digitalización, junto con la superación de algunos desafíos clave en torno a la captura de conocimientos organizativos y técnicos integrados.
Para empezar, la empresa quería cambiar la forma en la que se tomaban las decisiones, confiando más en los análisis exhaustivos y en las elecciones basadas en datos, un proceso al que se están sometiendo muchas organizaciones. Y, aunque la empresa ya había integrado la automatización y la tecnología 4G en sus operaciones, algunos procesos seguían siendo manuales. Por ejemplo, localizar conocimientos valiosos y cotejar la información necesaria para tomar decisiones requería mucho tiempo de forma manual, lo que provocaba errores y oportunidades perdidas.
Hasta ahora, la toma de decisiones en la empresa se basaba principalmente en la experiencia, la intuición y los conocimientos adquiridos por empleados que llevaban décadas en la empresa. Estos conocimientos técnicos a menudo se transmitían a través de planes de formación, experiencias compartidas e historias. Y, aunque este enfoque ha sido eficaz durante más de un siglo, la tecnología contemporánea y la inminente jubilación de muchos empleados presentaban una oportunidad de cambio. Para mantenerse a la vanguardia, British Sugar necesitaba adoptar nuevos marcos que codificaran y escalaran la experiencia en todos los datos, aprovechando su capacidad para adaptarse y prosperar en un mercado que cambia rápidamente.
Además, la empresa también se enfrentaba al aislamiento departamental, en el que diferentes equipos trabajaban de forma independiente, lo que provocaba un trabajo repetido y ralentizaba los procesos. En cuanto a las averías mecánicas, aunque eran pocas y distantes entre sí, la empresa reconoció la posibilidad de que los tiempos de inactividad no planificados afectaran a la producción. Para mitigar este riesgo, British Sugar consideró implementar estrategias de mantenimiento predictivo. Por último, otro aspecto que la empresa quería abordar era el aumento de los costes que se intensificaban por los efectos climáticos erráticos, lo que afectaba la producción de los cultivos y la eficacia del transporte.