Mujeres en STEM. Entrevista con Ana Tomko: “La mayor cualidad STEM es ver las cosas fuera de las reglas”

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Ana Tomko es una de las inventoras mejor posicionadas en México. Con más de 25 años de carrera profesional en IBM y tres patentes públicas, Ana cuenta que fue el investigar una nueva forma de hacer las cosas lo que la ha llevado a inventar. “El proceso de innovar es ver las mismas cosas que los otros, pero con una mirada distinta y esta es justa la mayor cualidad STEM, ver las cosas fuera de las reglas”.

Aunque pareciera que la historia de la invención ha sido escrita siempre por hombres, hay una enorme cantidad de científicas, ingenieras y matemáticas -como las de IBM- que son pioneras inventando, diseñando y creando la tecnología que nos llevará al futuro.

Según una investigación de la Universidad de Northwestern basada en más de 20 mil dibujos de niños, todos ellos bajo la temática: “Pinta un científico”, hay una marcada tendencia a que los estudiantes más jóvenes dibujen cada vez más mujeres científicas.

El estudio, publicado en la revista Child Development, muestra un cambio brutal entre la década de 1970, en donde solo 1% de los niños dibujaban mujeres científicas, y la década siguiente, en el que un 28% de los jóvenes ya conocían a grandes inventoras. Los resultados arrojan luz sobre cómo los más pequeños asocian la ciencia con hombres y cómo responden a los cambios en su entorno cultural, tales como el aumento de la representación de las mujeres en la ciencia.

“Como inventora, no creo que las mujeres tengamos ideas menos o más válidas que los hombres y de hecho pienso que es justo la combinación de las habilidades de hombres y mujeres lo que hace a un grupo de inventores mixto, un éxito”, comenta Tomko al respecto.

Pero ¿cómo hacer que el número de mujeres inventoras y creadoras aumente?

Ana es clara. “En este momento soy de las pocas mujeres que lideran un área conformada en su mayoría por otras mujeres y me preocupa el que en los otros equipos no haya tantas, pero creo que es un tema de construcción de habilidades. Las mujeres siguen evitando el lado técnico y tenemos que ir con las niñas de primaria y de secundaria, a decirles que pueden ser técnicas y desarrollar sus vidas de la misma forma que si eligieran otras carreras”.

El equilibro de la vida

Para Ana Tomko, el balance de la vida personal y profesional es más que una prioridad. Mamá de dos niñas, esta inventora encontró uno de sus principales obstáculos en el reto diario de construir una familia y una carrera profesional.

“Cuando mis hijas nacieron entré en conflicto porque quería estar con ellas. Fui una de las primeras mujeres en IBM que empezó a trabajar desde su casa y en ese entonces era complicado porque la conexión no era muy estable, tenía que tomar llamadas y no fue fácil hacerlo con un bebé en casa. En algún momento, las complejidades me hicieron pensar que no podría”, relata.

Pero no sólo pudo, sino que consolidó una carrera basada en resultados y objetivos, haciéndose más eficiente, enfocada y con conocimientos mucho más profundos.

“Una de las cosas más importantes que tenemos las mujeres es equilibrar nuestras responsabilidades. Sé que la discusión es muchas veces esa, que llevamos una doble carga con el trabajo y el trabajo de la casa, pero, aunque busquemos liberarnos de eso, la verdad es que somos las ‘project managers’ de nuestro hogar. Con esto, la posibilidad de trabajar en mis tiempos, cumpliendo con mis entregas y objetivos, me dio la credibilidad para continuar desarrollando mi carrera y al mismo tiempo criar a mis hijas”, relata.

Porque es verdad, las mujeres no tienen que pedir cosas especiales basadas en el género, sino igualdad de responsabilidades dentro y fuera de casa. Esto es una nueva construcción cultural. “Lo único que les hace falta a las mujeres es atreverse”.

Desde los primeros días de IBM, la ideología que Thomas J. Watson hiciera pública en 1953 ha marcado el camino a seguir: “Es política de esta organización contratar personas que tengan la personalidad, el talento y los antecedentes necesarios para ocupar un puesto determinado, independientemente de la raza, el color, el género o el credo”.