¿Has rediseñado ya el ADN de tu empresa?

By 25/03/2015

Jose Álvarez de Perea, IBM Solution Engineer especializado en Social para España, Portugal, Grecia e Israel

Jose Álvarez de Perea, IBM Solution Engineer especializado en Social para España, Portugal, Grecia e Israel


Por Jose Álvarez de Perea, @uxjose

Si las previsiones se cumplen, en los próximos cinco años todo se convertirá en un dispositivo inteligente conectado.

Esto significa que, si los termostatos de nuestra casa ya son capaces de comunicarse y de aprender de nosotros, ¿por qué no nuestro mobiliario? ¿O nuestras salas de reuniones? Diseñar un objeto “más inteligente” implica algo más que añadir un circuito y conectarlo a Internet. Las tecnologías de detección y los materiales de automatización, permitirán al usuario un mayor aprovechamiento y uso de los espacios. Así, por ejemplo, tu sillón sabría cómo de firme te gusta el cojín y se reajustaría automáticamente al recostarte; o tu sala de reunión podría advertirte a tiempo de que la reunión no está siendo del todo productiva, aportando ideas para encauzarla y mejorarla.

Al pensar en el «Internet de las cosas» nos encontramos con tecnologías como Nest, Fitbit o similares, en pleno desarrollo de negocio y revisión de sus características funcionales. Este tipo de productos tienen un denominador común, y es que llevan la palabra “diseño” escrita en su ADN desde que nacen.

¿Están preparadas las empresas para responder ante este nuevo desafío?

Una de las consecuencias principales de esta realidad, es que las líneas que separan la ingeniería, el diseño industrial, el diseño de software y, en definitiva, el diseño de soluciones, se van a diluir hasta desaparecer. Para diseñar las experiencias multiplataforma es necesario fundir por completo estos conocimientos haciéndose imprescindible en las empresas la figura del Diseñador-Ingeniero, con un perfil profesional de diseñador y cuya formación esté consolidada en las bases de la ingeniería.

En vista de lo anterior, cualquier empresa debería ser capaz de comprender y aprovechar el valor que aporta a sus clientes y usuarios desarrollar un producto o servicio centrado en el diseño pues, en su resultado final, se vería reflejado como una de las claves principales de su éxito. En estos momentos, podemos comprobar cómo algunas empresas ya están apostando por añadir valor a sus clientes desde el diseño de calidad, aumentando, en consecuencia, su capitalización bursátil. Esta idea seguirá creciendo hasta el punto en el que veamos cómo la calidad en el diseño será una medida oficial del valor de una empresa.

Fijándonos en el ranking de marcas más valoradas del mundo, encontramos la apuesta de Google con su Material Design dirigido por Matías Duarte, el trabajo de IBM con su IBM Design Language dirigido por Phil Gilbert o incluso Apple con su iOS Human Interface Design Guidelines dirigido por Jonathan Ive.

Estas guías de estilo agrupan una serie de recomendaciones para facilitar a cualquier empleado, cliente, diseñador o ingeniero la capacidad de brindar al usuario final de la solución una experiencia acorde con los valores de la marca. No se quedan en el plano meramente estético, sino que profundizan hasta la definición de las interacciones óptimas, los comportamientos adecuados de la interfaz y la arquitectura de la información, entre otros. Asimismo, posibilitan las bases del diseño de productos y servicios futuros. En el caso de IBM, podríamos subrayar dos ejemplos recientes de aplicación de estas guías y patrones de diseño visitando tanto IBM Verse como IBM Bluemix.

mail-next-screen-shot-9
Screen Shot 2015-02-21 at 8.08.53 pm

Comenzamos a ver cómo no solo las grandes empresas tecnológicas empiezan a aplicar esta premisa como modelo de trabajo sino también algo parecido ocurre en el resto, tal y como sucedió en la industria del automóvil, cuando en 1920 Henry Ford pronunciaba aquel conocido slogan “Nuestros clientes pueden tener un coche pintado en el color que quieran, mientras sea negro.” La contestación de General Motors fue la creación del primer departamento de diseño en la industria, que se encargó de redefinir sus productos de base logrando, como resultado, el liderazgo absoluto en ventas del que Ford era dueño. Cabe resaltar que, al alcanzar esa posición de liderazgo y para evitar sanciones por monopolio, General Motors tomó la decisión de despriorizar su departamento de diseño, centrándose en maximizar beneficios mediante la reutilización de componentes. Esta pudo ser una de las causas principales de su posterior quiebra.

Para que una empresa tenga éxito, su base tecnológica necesita ser tan responsive como lo es su propia web a día de hoy. Debemos apostar por las soluciones diseñadas pensando en el largo plazo, y en la capacidad de pivotar ante cambios y nuevas oportunidades. Este enfoque no implica eliminar lo que se ha construido y empezar desde cero sino que significa aprovechar lo ya existente como base para crecer.

[autopilot_shortcode]