Los riesgos en el sector financiero: ¿qué ha pasado con la tecnología?

By 02/12/2014

Por Álvaro Saavedra, Álvaro Saavedra López,
Experto de Soluciones Riesgos y Fraude de IBM

Durante muchos años he desarrollado mi carrera profesional en departamentos de Riesgos de entidades financieras y, de hecho, sufrí en primera persona el comienzo de la crisis global en 2008 con la caída de la banca de inversión americana y el efecto dominó en el sistema financiero mundial. Desde entonces, todos hemos oído hablar de riesgos: conceptos como el riesgo de liquidez, la prima de riesgo, etc. llegaron a formar parte de las conversaciones de “barra de bar” y, para los profesionales del sector, fue el comienzo de un auténtico “tsunami” regulatorio que a día de hoy no ha terminado y que además parece no tener fin.

Una de las enseñanzas de la crisis es que aquellas entidades con mejores infraestructuras de análisis y gestión del riesgo, recursos más capacitados, sistemas efectivos de control interno y un marco de supervisión efectivo han estado indudablemente mejor preparadas para afrontar la crisis y han salido más fortalecidas, independientemente de su ubicación geográfica. De hecho, me atrevería a decir que aquellas entidades más evolucionadas tecnológicamente han visto la gestión de riesgos no solo como un mero cumplimiento “normativo” sino como un auténtico motor de transformación y un mecanismo de obtención de una ventaja competitiva diferencial.

Si esto es así, ¿qué ha pasado realmente con la inversión en tecnología? ¿Qué datos tenemos en nuestro país?

De acuerdo con el estudio “Radiografía del Sistema Financiero Español en materia de gestión de riesgos y cumplimiento normativo”, realizado el año pasado entre IBM y el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), en el que yo mismo participé y para el cual entrevistamos a la práctica totalidad de los directores de riesgos de la banca de nuestro país, en 2012 los bancos españoles dedicaron una inversión media anual del 0,82% de sus ingresos a la gestión de riesgos. Es decir, solo el 7,1% del presupuesto anual de informática de la banca española se destinó a los sistemas de gestión de riesgos (tecnología y servicios).

¿No es la gestión de rentabilidad y del riesgo el objeto del negocio bancario? ¿No fue la tecnología uno de los pilares básicos de nuestro exitoso modelo de Banca? ¿No fue su motor transformador? Entonces, ¿cómo entender este dato? ¿Es una situación coyuntural o una tendencia a futuro?

Las mismas entidades respondían a estas preguntas cuando auguraban un sector que seguirá concentrándose en pocas entidades, más automatizadas y especializadas, con más inversión en tecnología analítica y de soporte a la decisión, y una mayor centralización y especialización en materia de riesgos. Según estas mismas entidades, la inversión en gestión de riesgos crecerá anualmente un 25% de media durante los próximos tres años, con el objetivo de adaptarse a las nuevas exigencias regulatorias y de mercado, que requieren una mayor dedicación de recursos para su cumplimiento en los plazos establecidos.

Con independencia de los requerimientos regulatorios, el sector financiero continúa en plena reconversión, en el camino de una transformación profunda, y la evolución de la función de riesgos no es una opción, es una necesidad urgente. Para acometer esta metamorfosis radical de la función de riesgos la tecnología es clave; solo apoyándose en ella se podrá conseguir una gestión integral de riesgos, una excelencia en la gestión de la calidad y gobernanza de los datos, una mayor precisión de cálculos y analítica avanzada, etc.

Los bancos españoles son cada vez más conscientes, no solo de la necesidad de automatizar sus procesos de riesgos, sino también de buscar cada vez más la innovación aplicada a la gestión del mismo y como ejemplo representativo el “BBVA Risk Challenge” puede ilustrar este cambio de tendencia.

Desde IBM nos encontramos en una posición privilegiada para poder apoyar esta transformación. IBM ha invertido 24.000 millones de dólares para dotarse de las capacidades analíticas claves sobre las que construir nuestro enfoque de Smarter Risk, basado en proporcionar una visión de los riesgos cada vez más interconectada e integrada. Esto no ha pasado desapercibido en el mercado por los analistas que, por tercer año consecutivo, han elegido a IBM como el líder entre los 100 proveedores más importantes de tecnología de Riesgos “Chartis Research RiskTech100 Rankings”.

Pero si nos encontramos en esta situación de preferencia es porque, junto a la tecnología, aunamos más de 1.500 profesionales dedicados a la función de riesgos y una equipos de investigación que en sus dos terceras partes están enfocados en la búsqueda y mejoras de las capacidades analíticas y la gestión de los datos, que son capacidades claves en la gestión de riesgos. Con todo esto queremos contribuir al desarrollo tecnológico de la función de riesgos que permita una más ágil, fiable y objetiva toma de decisiones.

Pero como todo “yin” tiene su “yang”, este crecimiento y apalancamiento sobre la tecnología debe también hacernos pensar en cómo gestionar un nuevo riesgo que sin duda requerirá cada vez de más atención, y que muy probablemente podamos ver incluso regulado con requerimientos de capital en próximos “Basileas”… Me refiero, por supuesto, al riesgo tecnológico.

Pero de esto hablaremos en otra ocasión…

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